Nelson Soto: el tiktoker deportado de EE. UU. y detenido apenas llegó a Venezuela


Párrafo con letra capital

El domingo 6 de abril, el Ministerio Público de Venezuela anunció la detención de Nelson Soto, un creador de contenido conocido por su estilo frontal y polémico, apenas descendió de un vuelo de deportación procedente de Estados Unidos. La acusación: incitación al odio y difusión de noticias falsas.

No es la primera vez que Soto genera controversia. A través de su cuenta @nelsonsoto54 en TikTok y en Instagram, ha señalado reiteradamente que algunos grupos de venezolanos que delinquen en EE. UU. forman parte de una estrategia política financiada por el gobierno de Nicolás Maduro.

El propio Ministerio Público, en sus redes sociales, no solo informó sobre su captura, sino que llegó a calificarlo de “mediocre influencer”. Según la institución, sus publicaciones generaron xenofobia y persecución contra sus compatriotas en el exterior.

Uno de los episodios más sonados ocurrió en 2023, cuando Soto publicó un video en el que afirmaba que “mataron a tres venezolanos” en EE. UU., a quienes llamó marginales y basura. En ese mismo material dijo que esos grupos pequeños buscan “desestabilizar una de las mejores migraciones en décadas” y concluyó con una frase que encendió las redes: “a ustedes, los venezolanos marginales, hay que acabarlos”.

Por estas declaraciones, el Fiscal General Tarek William Saab designó, el 5 de noviembre de 2023, a la Fiscalía 61 Nacional para investigarlo. Un año después, en noviembre de 2024, Soto declaró que esa misma investigación lo ayudaba a asegurar su permanencia en EE. UU., algo que él veía como una ventaja para conseguir asilo.

En una de sus transmisiones, dijo lo siguiente:

“Yo, de ser una persona normal, pasé a ser un perseguido político. Ustedes, para ganar un asilo político, tienen que tener pruebas como esta, que es de la página oficial del Fiscal General de la República de Venezuela. Si yo presentara un asilo político, mi estadía en los Estados Unidos sería permanente. Esto cualquier abogado me lo hace hasta gratis, para ganar el caso, que su reputación se eleve y puedan ganar más casos. Así que, a toda esa cuerda de sapos, si yo necesitara un asilo político, lo metería y créanme que lo voy a ganar”.

Soto también afirmó que se consideraba apto para quedarse en EE. UU. por ser, según él, un perseguido político y porque temía por su vida en Venezuela. Sostuvo que sus comentarios no buscaban atacar a todos los venezolanos, sino denunciar lo que, a su juicio, fue una acción pagada por el gobierno venezolano para dañar la imagen de la comunidad migrante.

En mi opinión, este caso refleja dos realidades incómodas: por un lado, el poder que tienen hoy las redes sociales para influir y dividir; y por otro, la facilidad con la que un discurso frontal puede transformarse en un arma de doble filo. Más allá de estar o no de acuerdo con lo que dijo Soto, su historia es un ejemplo claro de cómo una narrativa puede abrirte puertas… o cerrártelas para siempre.


Miguel Ángel Urbaez Niño
Miguel Ángel Urbaez Niño
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